sábado, 20 de marzo de 2010

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Ni la falta de tiempo, ni la de inspiración, ni el desencantamiento. Nada de eso. Lo que me ha mantenido ajena a la blogosfera no ha sido más que el miedo.

Muchas cosas han cambiado desde que dejé de ser más o menos constante en este blog. Han acabado cosas, han empezado otras muchas, y junto a esa serie de acontecimientos, también empezaron las excusas. Al principio usaba la de la falta de inspiración. Más tarde, empezó el curso y efectivamente, me quedé sin tiempo, pero no era eso lo que me mantenía fuera de aquí. He tenido miedo al rechazo, tan simple como eso. En estos meses se me han ocurrido miles de temas sobre lo que escribir, pero inmediatamente después me imaginaba la respuesta, y aun consciente de que no era más que imaginación, no podía evitarla. Estaba emperrada en una mediocridad que ni siquiera había confirmado.

Pero afortunadamente, todo siempre cambia. Ni siquiera me voy a comprometer a escribir. Bastante comprometida estoy ya en otras cosas, aunque muy a gusto, todo hay que decirlo. Tampoco diré que voy a intentar postear más a menudo. Eso, espero, ya lo veremos.

3 comentarios:

Iñaki Murua dijo...

¿Crisis de los blogs? ¿Período de crisis de una blogger? (que dicen es algo que está descrito)

Edonola ere, kaixo aspaldiko!

Nerea dijo...

Lo que pasa es que los blogs fueron la única manera de mirarse al ombligo hasta que llego Twitter, y yo he sido una víctima más de esa infamia. ¡Pero no podrán tan fácilmente conmigo! Eskerrik asko, Iñaki!

Lorezain dijo...

Ongi etorri, et eskerrik asko!!!